sábado, 24 de abril de 2010

Capítulo 1

"Fin de curso 2010" escribí en mi pupitre con un bolígrafo. Luego dibujé una carita sonriente, algo así como uno de esos iconos que se usan en el messenger. Aquello me hizó sonreir, estaba muy contenta porque el timbre sonaría dentro de unos escasos cinco minutos y aquello significaría que oficialmente había acabado el curso. Miré hacía la ventana, los rayos de sol invadían el aula. Todos los alumnos iban ya con camisetas de tirantes, pantalones cortos y chanclas, se respiraba esa especie de ambiente previo al verano.

De repente la tutora del curso me sacó de mis ensoñaciones para regañarme, como de costumbre:
-¡Ruby! - exclamó, algo mosqueada - ¡Deja de distraerte con todo, chica!
-Lo sieeeento - dije, arrastrando la palabra.
-Estaba diciendo - prosiguió la profesora, ajustándose las gafas - que voy a daros ya los boletines de notas, recordad que los que habéis suspendido tenéis en el tablón de anuncios de secretaría los días de septiembre y las horas a las que debéis venir para recuperar.

¿Recuperaciones? Aquello no era lo mío, no era una lumbreras, pero aquel año me había esborzado bastante y además mi padre me había dicho que como no aprobara todo me quedaría castigada sin ir de vacaciones con él, su nueva novia y mi hermano mayor. Y por nada del mundo me quería perder el viaje a Hawaii que habíamos planeado.

-Ruby - volvió a llamarme la tutora - ven a mi mesa a recoger las notas..¡por Dios, Ruby, hoy estás en otro mundo!
Me levanté y fui con paso ágil hacía la tarima de la profesora para recoger el boletín. Luego regresé a mi mesa.

Entonces vi algo que me dejó completamente horrorizada...¡había suspendido matemáticas! ¡Eso era imposible!
-Profesora - dije inmediatamente levantando la mano - quiero reclamar esta nota con el profesor de matemáticas.
-Esta bien, esta en la sala de profesores lo más seguro, puedes ir.
-Baje corriendo las escaleras rápidamente, chocando un montón de alumnos que acababan de recibir sus notas como yo y decían:
-Ey Rube, ¿qué tal tus notas?
-¿Las notas bien, verdad Ruby?
-Ruby...¿por qué corres?

Sin embargo no me paré a hablar con ellos, tenía que aclarar aquello YA.
Llegué a la sala de profesores y allí encontreé al profesor de matemáticas.
-Profesor tengo que hablar con usted.
-¿Qué ocurre Ruby? ¿deseas saber los temas que entrarán en tu examen de recuperación?
-Pero...¡tiene que haber un error! ¿Cómo es posible que me haya puesto un 3?
-Esta evaluación te has confiado mucho porque tenías las dos primeras aprobadas, así que has bajado mucho y no he tenido otro remedio que suspenderte...
-No hay manera de que me apruebe y no tenga que hacer la recuperación,¿verdad?
-Lo siento - dijo, aunque sabía perfectamente que no lo sentía.
Un alumno más pequeño que yo entró en el despacho para reclamar también por su nota y supe que el profesor no tenía nada más que decirme así que me marché tristemente de nuevo a clase, donde mi mejor amiga, Lucy, me esperaba con mi bolso. Todos se habían ido ya.
-¡Siento lo de las mates!
-¡Oh Lucy, como mi padre no me dejé ir con ellos de vacaciones me muuuero!
-Venga no digas eso mujer... -dijo Lucy.
Lucy era una chica con el cabello castaño claro y grandes ojos marrones, tez pálida y de estatura más bien baja. A pesar de que era mi mejor amiga he de reconocer tenía que reconocer que era algo extraña, a veces se asustaba extrañamente y siempre tenía cierto aire triste, pero no entendía el porqué, pues sacaba buenas notas siempre, los chicos la adoraban, tenía bastantes amigos y unos padres encantadores que le consentían todos los caprichos. Sin embargo a pesar de esta descripción Lucy no era para nada la típica niña mimada, si no que era muy sensata. Siempre me preguntaba qué demonios era lo que necesitaba para ser feliz.
-Espera y verás la que se monta cuando llegué a casa... - dije, temblando.